POR: ALEJANDRO SATANA
Periodismo de Opinión
Nuestro idioma es claro, pero en ocasiones somos dados a confundir, términos, no solo destacándolos, sino ejerciéndolos, o poniéndolos en práctica.
Las reglas gramaticales son claras y precisas, pero prima en muchos de nosotros el hacernos los graciosos, a través de la adulación y el laborismo.
Comunicar, aunque parezca muy sencillo, tiene sus reglas, que hay que respetar, que hay que entender, porque si no las entendemos cometemos errores muy garrafales.
Pero somos muy dados a confundir, Relacionista público, con el concepto maipiolar, que están muy distanciados, pero que queremos, a la fuerza, encajarlos en el mismo concepto gramatical.
La tarea de informar, es delicada, merece que quien la ejerza conserve el respeto, necesario para no ser malinterpretado, destacar las buenas acciones de algún funcionario en este caso, es informar debidamente sobre acciones loables que todos vemos y más si usamos fotografías para destacar lo que decimos.
Pero si la comunicación la dirigimos desde otros ángulos, donde se denota que estamos haciendo el esfuerzo por destacar como bueno lo que está mal, indiscutiblemente que eso debemos encerrarlo en el concepto del lambonismo.
Ahí es donde entran los conceptos de informar, destacar, dar a conocer, pero si lo que queremos es desmentir lo que está a la vista de todos, haciendo creer que está bien lo que todos vemos como mal, ya eso lo encajamos en el concepto del lambonismo.
Y es ahí donde comenzamos a defender lo indefendible y a confundir el concepto informar con el del lambonismo..
Dentro del concepto de las relaciones públicas, la mayoría de nosotros confundimos ese rol, entendemos que todo el que destaca lo malo, lo mal hecho, es enemistad, con el funcionario,. Graso error.
En una ocasión varios periodistas de la Región fuimos a la ciudad capital, a participar en un curso sobre Relaciones Públicas, en el local del CDP, los barahoneros torpedeamos a los facilitadores, hicimos que nos lo cambiaran, porque estaban aéreos con relación a esa especialidad del periodismo.
Con nuevos profesores salimos a camino, nos graduamos, pero les hicimos saber a esa Institución que no todos, aunque trabajen en el área, están capacitados para tales fines...
Muchas veces, he hecho sentir mal a muchos colegas a los cuales les he dicho que, en Barahona, hay dos comunicadores que sí saben de Relaciones Públicas, que son Emma Pérez, varios años relacionista pública de la Gobernación Provincial, demostrado en el terreno... Y la otra persona que se destaca es el actual Relacionador Público de la Dirección Regional de la policía en esta ciudad.
En ocasiones he destacado el manual, de Relaciones Públicas, del profesor Luesmil Castor, es uno de los textos más aterrizados actualizado sobre esa especialidad.
Y quiero con el mayor respeto recomendarlo a muchos comunicadores que están ejerciendo su rol a favor de un funcionario, designado o elegido, mal ejerciendo la labor de Relacionista Públicos que en vez de hacer bien al funcionario le ensucian sus labores, enemistándolo con ciudadanos que solo quieren que sus labores se desarrollen dentro del concepto de lo aceptable.
Por último, quiero insistir en el hecho de que relaciones públicas, no son lamber y hacer creer que todo lo que hace ese funcionario está bien... Hay que saber decir la verdad para bien de todos, sin insultos, sin enemistad..
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