POR: ALEJANDRO SANTANA
Periodismo de Opinión
Este titular lo saque del muro del comunicador EDWAR PINEDA, el suele publicar cortos muy significativos, con buenos y aleccionadores mensajes de la cotidianidad dominicana y tal vez del mundo, este es uno de tantos que encierran conceptos para reflexionar, en estos momentos en que los ciudadanos dominicanos en todo el territorio, están siendo masacrados por agentes policiales, que podrían ser nuestros sobrinos, nuestros nietos, pero que al parecer la Reforma Policial, los convirtió en eso.
Abusadores, despiadados, intolerantes y otras aberraciones mas, en contra de los ciudadanos comunes que pululan por nuestras calles y que tienen miedo de encontrarse con ellos en algún sector de la población, pues no actúan como la autoridad que uno entendió que habían sido reformados para bien.
Y no es para menos, cada día vemos como los motoristas, imprudentes y de buen comportamiento son agredidos con palabras con acciones violentas y hasta con salvajismo por parte de jóvenes policías que pudieran ser nuestra sangre, pero que actúan como fieras salvajes.
La mayoría de ciudadanos que tenemos que desplazarnos en la ciudad en motores, pasolas y otros medios de transporte, ya vemos a esos agentes como enviados del diablo a hacer diabluras en las calles de las ciudades, todos los días los medios los videos sacan a relucir actos de barbarie contra indefensos ciudadanos, que en ocasión ya hartos, reaccionan airados.
Antes, era una satisfacción para cualquier ciudadano correcto encontrarse con una patrulla de la policía motorizada en cualquier sector,(Nos sentíamos seguros), hoy tenemos miedo de encontrarnos con ellos, sin importar que sean hijos de nuestros amigos, o familiares, ellos no tiene que ver con nadie a la hora de ponerla difícil, Pero nos alarmamos ver la forma fácil de como actúan los delincuentes en las calles que supuestamente ellos están para vigilarlas.
Hemos retrocedido, estamos amenazados por esos agentes policiales, que patrullan en las calles y que entienden que nosotros somos de otras galaxias, que somos un peligro y por eso nos reprimen, sin que nada pase porque no hay donde quejarse, sus superiores son peores que ellos.
Ya hay ciudadanos que entendemos que esa policía debe ser disuelta y en su lugar, disponer de agentes formados en valores, en respeto y en el interés de resguardar la seguridad de los ciudadanos, no con la única intención de masacrar. Las quejas están ahí, a la vista de todos, como un desafío de ellos en motivar a que nos sublevemos, y dejemos salir al loco.
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